(ASUNTOS PENDIENTES DE LA TRANSICIÓN)
La raíz de la
actual crisis que padecemos en España está mucho más profunda de
lo que se percibe a simple vista, quedarse en lo superfluo no
favorece la salida de la misma, a pocos partidos y políticos les
interesan ahondar en las razones y por ello no han sabido o querido
diagnosticar la gravedad y alcance de la crisis en España.
La Transición en
nuestra nación fue una transición hacia un Sistema Democrático, en
ese aspecto es modélica y cumplió su objetivo, pero había que
completar ese trabajo hasta lograr una España moderna en lo social,
económico y político, para que ese Sistema Democrático se
transformara en una Democracia. Creo que la ejemplar tarea iniciada
no ha tenido la misma brillantez en su desarrollo. ¿En qué grado se
ha conseguido? ¿Se ha cerrado mal todo ese proceso y es ahí dónde
radica la gravedad de la actual crisis que sufrimos en España? Cada
cual tendrá su opinión, ahora están saliendo a flote todas las
carencias, si hoy en día tuviéramos una Democracia mejor
construida a todos los niveles no habríamos alcanzado la situación
actual.
En lo político.
La Partitocracia y sobre todo el Bipartidismo ha fomentado una
Democracia de baja calidad, mantener el poder a toda costa se
convirtió en una maquiavélica consigna bajo la premisa “del fin
justifica los medios”, y para ello se debía instaurar una
dictadura de lo políticamente correcto. La división de poderes es
aún muy deficiente, los controles democráticos son dependientes y
no ejercen su labor con la debida independencia, legitimidad y
autoriadad.
En lo económico.
Un sistema financiero obsoleto que poco ha cambiado desde entonces,
una banca especulativa y usurera en vez de empresaria. Una
administración que se autoalimenta, excesivamente burocratizada y
normatizada, de espaldas al ciudadano y al sector empresarial más
emprendedor. El devenir del Estado de las Autonomías quizás sea el
principal fracaso del desarrollo constitucional, unas Autonomías en
pugna con el Estado, acaparadoras de excesivas competencias y
generadoras de un déficit excesivo.
En lo social.
El Sistema Educativo no ha contribuido como debiera en formar a los
ciudadanos en valores democráticos, en la participación y la
implicación en los asuntos públicos. De resultas de lo anterior,
gran parte de la sociedad civil ha crecido sin músculo y dependiente
del poder político. La ausencia de los mejores, la fobia por la
excelencia, la mediocridad se ha instalado a casi todos los niveles.
Nuestra Constitución
tenía (y tiene) la virtud de dejar abierto su desarrollo, se
pretendía instaurar un Sistema Democrático con la noble intención
de traer un largo periodo de Democracia a nuestra nación. Poco duró
aquella concordia, aquella amplitud de miras, aquellos objetivos
comunes, la transición de la instauración de un Sistema
Democrático (en lo político) hacia una Democracia (en lo social) no
se ha logrado, ahora toca emprender ese trabajo a marchas forzadas y
con una cruda realidad económica.
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