Del
contentar-contener al recortar y sostenella.
En
situaciones de crisis se cuestionan los valores, se pondera lo que
realmente tiene valor, se mide la importancia de aspectos que antes
pasaban desapercibidos o que estaban en un plano inferior.
Lo
público, lo que concierne a todos, lo comunitario, ha sufrido
durante años un menoscabo importante, a muy pocos importaba e
interesaba. La labor política abandonaba el interés general por el
interés personal y partidista, de ahí la corrupción generalizada
que se conoce (dejemos a un lado la que aún sigue oculta bajo las
piedras). En esa espiral de degeneración tanto ciudadanos como
políticos han pisoteado las formas y, en ocasiones, las normas
básicas de convivencia democrática.
La
regla de juego ha sido el contentar-contener, no importaba si se
aceptaba la maquiavélica fórmula de “el fin justifica los
medios”; el sentido común, la sensatez e incluso la prudencia
se ha abandonado bajo la premisa de lo “políticamente
correcto”. El todo vale, postergando los problemas, ha llevado
a engrosar la bola de nieve que ahora nos aplasta y que no deja de
crecer llevándose a su paso el “estado del bienestar” y las
conquistas sociales que nuestra democracia liberal europea ha
logrado.
Ahora
se nos intenta convencer que todo ha sido inevitable, que la
coyuntura internacional de la crisis se ha cebado en nuestro país,
que las medidas que se toman son necesarias y únicas, que no hay
alternativa, que no hay que buscar responsables. Nadie entona el “mea
culpa” de la parte alícuota que le corresponde.
Negar
que exista otro camino de salida a la crisis es negar la capacidad
humana de cambiar su realidad. Siempre existe una alternativa, pero
parte inexorablemente de una adecuada lectura de la realidad, del
reconocimiento de los errores y defectos, de la valentía para
afrontar los cambios y de la adopción de medidas necesarias;
cambiarlo todo para no cambiar nada nos lleva a la debacle.
El
esfuerzo, el conocimiento, la imaginación son los factores del éxito
en las situaciones críticas. Únicamente la política de recortes,
que está llevando a cabo el gobierno del PP coreado por algunos
socios de la Unión Europea, no nos llevará a la senda de progreso,
tampoco era aceptable la inacción del gobierno del PSOE. Se precisan
valientes medidas de estímulo y la creación de nuevos modelos
económicos-administrativos que fomenten la economía productiva
hacia el crecimiento y la generación de empleo.
¿Porqué
no se intenta otra vía política de salida a la crisis? Desde mi
punto de vista es evidente, se desea mantener el establishment,
la Partitocracia que PSOE&PP quieren perpetuar impide que nada
productivo crezca bajo la tierra donde ellos pisen. “Sosteneya y
no enmendalla” parece ser la proclama, hacer de España un país
moderno, con unas instituciones verdaderamente democráticas e
independientes, con una división de poderes plena, con una
ciudadanía dinámica, con una firme apuesta por una fuerte Sociedad
Civil; no parece estar en la mente de los dirigentes de los dos
partidos mayoritarios.
Y
como “al perro flaco ...”, nos crecen los enanos y los
especuladores (extranjeros y nacionales) intentan sacar partido de la
situación española. La falta de un liderazgo político, de un
mínimo consenso, de una apuesta por el fortalecimiento de la
estructura del Estado, están debilitando nuestra posición. Dejar en
manos de los socios europeos nuestra responsabilidades es un
suicidio.
Personalmente
creo que debemos ser los ciudadanos los que marquemos el rumbo hacia
la recuperación (en el más amplio sentido). Si, como suele decirse,
“todos los políticos son iguales” es en buena medida porque
“todos los ciudadanos somos iguales”. Una ciudadanía crítica y
dinámica es imprescindible para salir del atolladero en el que la
Partitocracia nos ha metido.