I. Una visión global.
No esta mal traer el título del famoso disco de Supertramp, ¿a qué crisis nos enfrentamos?, o incluso cabría preguntarse ¿se trata de una crisis o de un cambio de época? La convulsión en la que están inmersas nuestras sociedades desarrolladas por causa de la crisis económica-financiera, y que parece que aún no ha tocado fondo, no favorece en nada la reflexión antes apuntada, aprovecho para esbozar algunos aspectos que estimo importantes.
¿Estamos sólo frente a una fase depresiva de un ciclo económico (expansión-depresión)? Creo que no, más bien puede tratarse de una consecuencia, parto de la premisa que estamos ante un cambio de época (premisa de base), nos hemos dado de bruces con una revolución silenciosa “la globalización”. Hasta ahora los cambios operados por la globalización habían sido más evidentes en lo social, en lo cultural, en lo educativo, … pero dicha revolución ha dejado de ser silenciosa al llegar a la economía, la globalización ha aporreado las puertas de nuestros hogares. La dicotomía global-local (glocal) es evidente y su impacto debe tenerse muy en cuenta en la nueva situación no debe obviarse.
Las estructuras y enfoques occidentales en la actual situación parecen quedarse obsoletos y muy constreñidos ante la magnitud del cambio, se hace patente la necesidad de una nueva actitud y aptitud que parta de la imaginación; son imprescindibles plantear nuevos escenarios, nuevas ideas, nuevos planes, no se puede pretender una futura sostenibilidad-progreso-crecimiento bajo unos paradigmas desfasados.
Mientras tanto, partiendo de la premisa de base, el proceso de migración hacia una nueva época será largo y probablemente azaroso, la interdependencia e interrelación de los gobiernos nacionales y de los países en esta nueva época es (o debería ser) un factor de cohesión crucial para el necesario consenso.