martes, 13 de septiembre de 2011

IDIOTAS Y ALTRUISTAS


Idiotas y altruistas

Pocas palabras tienen tan peculiar cambio en su uso desde su inicial etimología como la palabra “idiota”. En la antigua Grecia los “idiotas” eran aquellos ciudadanos que sólo se preocupaban de temas de su interés individual y no participaba en los asuntos públicos, en la actualidad su acepción es casi su antónima, los idiotas serían los que altruistamente se ocupan de lo comunitario.

Paradójicamente, la degradación de lo comunitario en España ha sido un hecho palpable y alarmante, el concepto sociológico de “capital social” ha ido menguando hasta nuestros días en la que nuestra sociedad se presenta sin músculo, viciada, desilusionada y casi inerte.

Buscar una explicación y culpables de esta situación es complejo, pero hay factores evidentes que han propiciado ese deterioro. En primer lugar, cabría destacar la degradación de la calidad democrática, el partidismo ha invadido toda la esfera de actuación de lo público, la política ya no es vocacional es profesional, la voluntad de servicio público se ha relegado por la disciplina de partido; de resultas de ello, el partidismo ha fagocitado a la sociedad civil y la desafectación de los ciudadanos de lo público ha ido en aumento.

Por otra parte, y teniendo raíz en lo anterior, se ha educado mal (nos hemos educado mal) en valores democráticos a toda la sociedad. El Estarbien no es sinónimo del Estado del Bienestar, bajo la capa del superprotector Estado del Bienestar se han tapado multitud de fallos del sistema y sus efectos se están sufriendo hoy en día. Se ha transformado a los ciudadanos en una voraz maquina de consumir derechos, olvidando que tan importante son las obligaciones y deberes para un crecimiento armónico y sostenible de una sociedad. Se ha preferido educar a la ciudadanía más en la complacencia y en el conformismo que en valores críticos y responsables en busca de una suicida paz social.

La actual crisis económica-social sólo tiene una salida, el esfuerzo de todos en recomponer los valores de una sociedad y que los valores altruistas prevalezcan sobre los egoístas e individuales, donde el esfuerzo y la responsabilidad sean parte de nuestra día a día. Los que deben marcar los objetivos son los líderes, se necesitan líderes por doquier que tengan claros esos objetivos y que antepongan los intereses generales y públicos a cualquier otro, que tengan un discurso y actitud coherente; lamentablemente no se aprecian esos líderes hoy por hoy.

Se precisa que del panorama público español se aleje la idiotez (en su inicial acepción) y que el altruismo, la visión integradora, la sana ilusión, el bien común sean los factores de regeneración que nos hagan salir de la crisis.