La interpretación de los resultados electorales en nuestro municipio plasma un decisión de los votantes evidente, se precisa el acuerdo para la gobernabilidad.
Estimo que no es un mero fin de la mayoría absoluta, la ciudadanía expresa el deseo que la gestión municipal sea compartida por al menos dos partidos con independencia de los pactos que se lleven a cabo.
Pero yendo un poco más lejos se intuye de los resultados que se abre un nuevo tiempo, donde el acuerdo, el diálogo además de imprescindible es demandado por los ciudadanos, alejando la dialéctica actual del partidismo y centrando más la atención en la gestión. ¿Serán capaces los partidos de entender esa lectura o por el contrario seguirán insistiendo en continuar con el enfoque partidista de la gestión municipal? Despejaremos esa incógnita en poco tiempo, pero insisto que es tiempo de gestionar la pluralidad desde la innovación, la transparencia y la participación ciudadana.
Dentro de esta interpretación personal, donde lo institucional y municipal debe priorizarse ante lo partidista, algo que creo indispensable es el rediseño de la Chipiona, ¿hacia dónde queremos ir y cómo hacerlo?
La modernización y la motivación del equipo municipal debe ser un objetivo prioritario en el rediseño del modelo de ciudad que queremos para Chipiona, primer la innovación frente al servilismo y la burocracia, seguidamente se precisa contar con los ciudadanos, escucharlos y hacerles partícipes de la gestión municipal y de la construcción y rediseño de la ciudad. No se trata de un cambio en el organigrama y en la composición de las delegaciones, se trata de atraer el talento y la implicación por hacer una Chipiona mejor y compartirlo con los ciudadanos. Es tiempo para la innovación y el rediseño, no para el miedo y los intereses partidistas.
La escucha ciudadana es el inicio de todo, y compartir la información, la transparencia. La gestión política debe recobrar el servicio a la ciudad y en nuestro caso el pacto, el diálogo, la atención a la pluralidad debe estar al orden del día incorporando la discrepancia como elemento de colaboración.
Los equipos deben retomar una dimensión de servicio público fuera del habitual control (manipulador) de los partidos, indudablemente los resultados de la innovación son a largo plazo por ello necesita de una implicación compartida e institucional.
Se debe apostar por un impulso ciudadano, paradójicamente el gran olvidado en la gestión municipal, todos los ciudadanos quieren una Chipiona mejor, la responsabilidad ciudadana implica asumir derechos y deberes y ser crítica pero con propuestas. El énfasis y la prioridad en el ciudadano es esencial en estos momentos.
Con independencia de los pactos y acuerdos de gobierno creo que el tiempo del acuerdo y el rediseño debe ser lo primordial, de lo contrario la inercia nos llevará a cualquier parte, normalmente a la deriva.